EN EL RIÓ JORDÁN SE BAUTIZO JESUCRISTO
SE PATEO TODA LA RIBERA DEL JORDÁN
EVANGELIZÓ A LOS DISCÍPULOS
EVANGELIZÓ A LOS DISCÍPULOS
Ellos, el pueblo de Israel; pasaron el río Jordán en seco, lo mismo que el Mar Rojo. Israel fue dos veces bautizado: en el mar, y en el río Jordán. Ambos son, además, muros que nos separan de lo que ha quedado atrás. El Mar Rojo es una pared entre nosotros y el mundo. Nosotros no podemos ir allá y el mundo no nos puede alcanzar. Y luego está el Jordán. Por él quedamos separados de una época triste en que no encontrábamos satisfacción, en que Cristo nos parecía lejano.
EN SUS AGUAS SE BAÑÓ
DESCANSARÍA A LA SOMBRA DE LOS ARBOLES
Los Israelitas se comprometieron a cruzar el río Jordán. Cuando las aguas que se habían retenido volvieron a su cauce normal, la gente fue cortada de su vida anterior. Su vieja vida en el desierto fue cortada. Este es el final de todo. Ellos eran ahora nueva gente. Fue la Victoria de la fe.
EL HOMBRE QUE PASO HACIENDO EL BIEN
EN SUS AGUAS SE BAÑÓ
DESCANSARÍA A LA SOMBRA DE LOS ARBOLES
Los Israelitas se comprometieron a cruzar el río Jordán. Cuando las aguas que se habían retenido volvieron a su cauce normal, la gente fue cortada de su vida anterior. Su vieja vida en el desierto fue cortada. Este es el final de todo. Ellos eran ahora nueva gente. Fue la Victoria de la fe.
EL HOMBRE QUE PASO HACIENDO EL BIEN
Cuando Israel atravesó el Jordán, bastó que los sacerdotes tomaran el arca sobre sus hombros, y sus pies tocaran el agua. Entonces el agua se detuvo, como en un montón. Los sacerdotes estuvieron en el fondo del lecho del río, y el pueblo pasó en seco. Bastó que Cristo fuera alzado, y las aguas se detuvieron. Esa arca que alzaron los sacerdotes es Cristo. Basta que el pueblo de Dios exalte a Cristo, que los sacerdotes de esta nueva dispensación, que somos tú y yo, sostengamos el testimonio sobre nuestros hombros. Si Cristo es levantado, entonces nosotros podemos pasar en seco el río.
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