Tres cruces hay en mi pueblo,
Cerca del cementerio.
Cuajadas de manto blando
Tres cruces solitarias, y en el recuerdo.
Hay personas que se identifican
Unos de la derecha, otros de la izquierda,
Pero son menos, los que imitan la del medio.
La de la izquierda, son los engreídos y orgullosos
De hacer lo que hacen, maldades, crímenes, odios, y no se arrepienten.
La cruz de la derecha, personas débiles, que se arrastran
En los vicios y el mal vivir, pero son sensibles a las injusticias,
y se reconocen miserables, pudiendo llegar a una conversión casi perfecta.
La cruz del centro, son los que viven queriendo hacer la voluntad de Dios, para imitar a Jesucristo.
A pesar de sus luchas, y tropiezos, van con humildad al sacramento de la confesión.
Son fervorosos de la Eucaristía, y tienen mucha devoción por la Santísima Virgen.
En esta vida nunca terminamos de convertirnos, siempre hay que luchar mientras haya un soplo de vida.
Pero la misericordia de Dios es insondable, y nos sostiene para no caer si le somos fieles.
Se podría decir, que las tres cruces del calvario, son un compendio, y una pedagogía de la vida del cristiano.
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Autora: Mercedes Ramos.
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