Toda la belleza de las flores se empañan a la vista de Ti María.
Reina y Señora del Universo, Coronada por la Santísima Trinidad.
Madre de la Iglesia, y Medianera de todas las Gracias.
Se nuestra Abogada, en el último trance de nuestra vida.
Por la pasión y muerte, de tu Divino Hijo; qué murió para salvarnos, y te dio en el Calvario como nuestra Madre.
Apiada te Dulce Señora, Ruega a Jesús por nosotros.
Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de tu amadísimo Hijo, y luego al verle agonizando en la cruz; para darnos vida a nosotros, llevó su pasión hasta la muerte, y éste era el momento cumbre de su pasión;
Tú misma también te sentirías morir de dolor en aquel momento; te acompañamos en este dolor. Y, por los méritos del mismo, no permitas que jamás muramos por el pecado y haz que podamos recibir los frutos de la redención.
Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la lanzada que dieron en el corazón de tu Hijo; sentirías como si la hubieran dado en tu propio corazón.
Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al ver la lanzada que dieron en el corazón de tu Hijo; sentirías como si la hubieran dado en tu propio corazón.
El Corazón Divino, símbolo del gran amor que Jesús tuvo ya no solamente a Ti como Madre, sino también a nosotros por quienes dio la vida.
Y Tú, que habías tenido en tus brazos a tu Hijo sonriente y lleno de bondad, ahora te lo devolvían muerto, víctima de la maldad de algunos hombres y también víctima de nuestros pecados.
Te acompañamos en este dolor . . . Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos amar a Jesús como El nos amo.
1 comentario:
Ke bonita esta horacion fuera bonito k muxoz la leyeran k dioz loz bendiga wiwiwiwiwiwi chaito
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