LOS CORAZONES DE JESÚS Y MARÍA

RECEMOS LA ORACIÓN TODOS LOS DÍAS

RECEMOS LA ORACIÓN TODOS LOS DÍAS

CONCÉDENOS LA GRACIA DE ACOGER TU PAZ.

"LA QUIETUD DE MI ESPIRITU SE SUBLIMIZA CON TU AMOR"

OH MARÍA SIN PECADO CONCEBIDA

OH MARÍA SIN PECADO CONCEBIDA

¡OH DIVINO MAESTRO! TÚ NOS ENSEÑASTE QUE QUIENES TRABAJAN POR LA PAZ: SON LLAMADOS HIJOS DE DIOS.

SEÑOR, EN LA NATURALEZA SENTIMOS EL EQUILIBRIO DE NUESTRA MENTE, FUSIONADA A NUESTRO CORAZÓN, POR QUE RESPIRAMOS TU ESENCIA. Mercedes Ramos.

MADRE DE DIOS Y MADRE NUESTRA

MADRE DE DIOS Y MADRE NUESTRA

lunes, 6 de octubre de 2008

LA BELLEZA DE LAS FLORES HABLAN DE DIOS




La belleza. Dios deja en sus obras un rastro de su ser. Por eso, los árboles que crea son «bellos» y «buenos» y en el jardín hay oro, piedras preciosas y perfumes. Todo ello nos produce sensaciones profundamente gratificantes.


La ternura. Dios no sólo crea lo necesario para la alimentación. Nos manifiesta su ternura en la creación de elementos totalmente innecesarios, como el oro, las gemas o el incienso, pero que hacen la vida humana más agradable.

La gratuidad. El hombre no puede presentar ningún derecho ante su hacedor. La misma vida es un don. Y todo lo que la acompaña, también. Además, Dios no da con medida, sino generosamente, desbordando cualquier cálculo humano. No nos da una tierra cualquiera, sino un jardín. No un río, sino cuatro. Incluso él mismo se hace compañero del hombre al atardecer, a la hora de la brisa.


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